Reborn from the ashes

Una sociedad presenta infinidad de síntomas tanto en sus mejores como en sus peores momentos. Los políticos suelen observar indicadores económicos para explicar el éxito de sus gestiones, o mostrar obras realizadas para diferenciarse de sus adversarios. ¿Cuántos de ellos miden el termómetro de la calle y observan con sentido común lo que ocurre en el día a día para analizar sus decisiones?

Yo no soy oficialista, Macrista, Zamorista, ni estoy a favor de ningún partido político ni en Argentina ni en ningún lugar del mundo. Intento solamente ser un observador de realidades y tomar acciones en base a lo que veo. Cuando emprendo no me manejo de acuerdo a tácticas pre-establecidas sino en base a sentido común y a decidir de acuerdo a lo que noto que es necesario para alcanzar el éxito.

No creo que la culpa de lo que ocurre en la actualidad sea de nuestra presidente K, de Macri o del mismísimo General (aunque convengamos que tampoco aportan positivamente), sino que en su conjunto, se produce un degradamiento de la sociedad en su conjunto, y lo que observamos son meros síntomas de un problema de relajamiento de las reglas. No hace falta ser demasiado perspicaz para observar que River se fue a la B luego de 8 años de robos mientras el ladrón recibe premios en Zurich, que diversas fundaciones roban y estafan a sus beneficiarios, o que la gente se insulta y pelea por cualquier motivo en la calle, porque existe una violencia social latente que nos produce un estado de nerviosismo, estrés y miedo constante.

Es verdad que metidos en el medio de todo esto se hace difícil escaparse de la realidad, y todos estos síntomas nos afectan. Sin embargo, existen infinidad de maneras de ver la flor en el barro, y seguir remando a pesar de la corriente. La semana pasada comentaba sobre la posibilidad de ver el big picture vs. el día a día, y esa es una estrategia que muchas veces efectivamente da resultado. Cuando uno sabe que se encuentra en una situación complicada que demorará tiempo en resolver, vivir día a día ayuda a realizar pequeños objetivos, y en contraposición, cuando uno está en un mal día, basta con ver el camino y la estrategia completa para entender la magnitud real del inconveniente que se presenta. Otra manera es también relativizar el problema, y darnos cuenta que si bien tendemos a ahogarnos en vasos de agua (y encima poco profundos) no todo es tan finito e irrecuperable como creemos, y si uno se esfuerza lo suficiente se pueden capitalizar experiencias y salir fortalecidos.

Es verdad, vivimos en una sociedad cada vez mas violenta y con problemas profundos, pero no por ello debemos dejar de creer que un cambio es posible y que existe aún gente de bien, dispuesta a ayudar al necesitado. Existen infinidad de problemas y de gente que realiza el mal sin mirar a quien, pero también existen personas dispuestas a reescribir la historia y dar una mano para poder torcer una situación que se presenta desfavorable. ¿Por qué no creer que todo es posible?¿Quién decide que porque las reglas se presenten de determinada manera no existe una alternativa? Las reglas muchas veces son empíricas y se implementan por determinación de una mayoría, pero aún así, una minoría puede producir un impacto de gran magnitud que genere un cambio disruptivo.

Si no creen solo en lo que puedo decir yo, les dejo el video de una persona inspiradora.

Comments

  1. Excelente nota, muy inspiradora. Mis felicitaciones

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