La flor en el barro

Vivimos en una sociedad que hoy día se destaca por la falta de fé y la pérdida de principios e ideales. Esto principalmente se da por diversos hechos que nos van poniendo palos en la rueda a nuestras creencias. Basta con observar casos como el de Schoklender con las Madres de Plaza de Mayo, o lo que está ocurriendo en el INADI para darse cuenta que la sociedad en la que vivimos ha llegado a un punto donde no hay mucho que se considere sagrado, y los límites se cruzan diariamente.

Lamentablemente me ha tocado vivir uno de esos casos de cerca, y también he vivido otras situaciones en las cuales por un bien personal o por mezquindad, mucha gente sale lastimada, estafada o simplemente golpeada en sus creencias mas íntimas. Lo mas triste de esta situación, es observar que los individuos responsables de estas acciones ni siquiera parecen registrar el mal que están haciendo, y simplemente, al ser descubiertos, creen que pueden resolver todo con dinero o devolviendo lo que por derecho no es suyo. No creo que aquellos responsables por estafas de fundaciones puedan siquiera llegar a darse cuenta del impacto que sus acciones generan en una sociedad que observa como impunemente se abusa de los límites legales o éticos.

Hablando con una de estas personas, uno se da cuenta que no registran el efecto que tiene el delito cometido en las personas cercanas, que se ven no solo afectadas desde un punto de vista económico, sino también desde su credibilidad, trayectoria, y peor aún, desde la pérdida de fe en un sistema que debiera ayudar al prójimo, y no con costos ocultos que ocasionan un perjuicio muchas veces insalvable. Peor aún, creen sus propias mentiras y uno comienza a preguntarse si no debiera sentir un poco de pena debido a que son personas enfermas.

El deterioro de esta sociedad hace que mucha gente se vea tentada a abusar del poder que detentan, o de tomar prestado lo que no corresponde, dado que el status de la gente es otorgado aún hoy día por la posición económica o por apellido, y eso genera una presión hacia alcanzar el éxito económico que "flexibiliza" la ética y el concepto de legalidad.

Creo que debiéramos replantear desde las bases los conceptos que son enseñados, dado que debido a la "Tinellizacion" de los medios, y las dificultades que plantea la vida misma, mucha gente crece creyendo que cometer delitos o buscar el beneficio mediante el menor esfuerzo posible es la forma en que debemos movernos en la vida, y eso genera un espiral destructivo, retroalimentando a todos los integrantes de nuestra sociedad y generando una sensación negativa que luego será casi imposible frenar.


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