En busca de la felicidad

De este tema ya hablé en otras oportunidades, pero creo que es un momento justo para retomarlo. Si bien todas las personas nos movemos en la vida buscando la felicidad, la superación o el éxito financiero, lamentablemente no todos encuentran lo buscado, o al menos en contadas veces a lo largo de nuestra extensa existencia, sentimos que hemos alcanzado los objetivos.

Siempre sostengo que cuando uno enfrenta nuevos desafíos, o una nueva actividad, se suele arrancar con un pico infinito de energía, y a medida que uno se encuentra con obstáculos, nos vamos desgastando y cayendo hasta desistir con lo que hacíamos y nos replanteamos el camino a seguir. Solemos comportarnos como los mismos videojuegos que desarrollamos, donde consumimos una píldora de energía que se irá desgastando hasta poder encontrar una nueva, y de esa forma seguimos adelante hasta perder todas nuestras vidas y que un nuevo jugador inserte una moneda.

Sin importar si el emprendimiento nuevo (y no me refiero a lo laboral, puede ser emprender una nueva clase de algo) es una fundación, un trabajo, una relación, lo importante en la vida es ser fiel a lo que realmente sentimos, y no a lo que la sociedad espera de nuestro comportamiento, e intentar poner la menor cantidad de trabas a nuestra actividad, para poder preservar nuestra energía para la toma de verdaderas decisiones, y no llegar quemados al momento de la verdad. Si comenzamos una nueva actividad es porque la misma nos hace felices en ese momento, o nos da satisfacciones, y cuando uno empieza a sentir obstáculos desde el primer momento, es que debemos darnos cuenta que probablemente no lleguemos a la meta, porque nos habremos quedado sin energía mucho antes.

Lamentablemente, muchas veces nos dejamos llevar por nuestro consciente, que respeta lo que el mundo espera de nosotros, y no escuchamos nuestro corazon, y no descubrimos lo que realmente somos o queremos. En los últimos días me fue dando vueltas en la cabeza una frase de dos palabras en inglés (Discover Yourself) y de a poco va asentándose en mi el hecho de que si no nos escuchamos nosotros mismos, si no descubrimos lo que realmente queremos ser, y simplemente buscamos acomodarnos a la necesidad de los demás, probablemente no lleguemos a sentirnos felices o satisfechos. Cuanto mas avanza el proyecto que es nuestra vida mas costoso es realizar un cambio disruptivo que nos coloque de nuevo en camino. Siempre será mas económico y efectivo relevar cuanto antes los requerimientos de nuestro corazón, para que el cliente reciba lo que efectivamente quiere.


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