Vivir a mil

Muchos años atrás alguien escribió sobre la ciudad de la furia describiéndola como el lugar "donde nadie sabe de mí, y yo soy parte de todos". Creo que una frase nunca describió tan bien el frenesí de nuestro estilo de vida actual, alienante en tantos casos, en donde todos buscamos un oasis de paz para poder reflexionar.

No me gusta ponerme repetitivo sobre la cantidad de cosas que uno hace en la vida (y no solo ahora, desde chico mi día se dividía en miles de actividades), pero será que en particular en este momento de mi vida, y en este momento del año es cuando mas siento la falta de ese tiempo especial, en el cual uno puede alinear las ondas cerebrales de forma que las mismas tomen un poco mas de coherencia.

Como comenté en post anterior, ir encontrando mi lugar en el mundo está directamente relacionado a diversos traumas y situaciones que viví a lo largo de los últimos años.

Haberme puesto a llorar por un trabajo perdido me hizo darme cuenta que había algo en el medio de todo eso que realmente me importaba. Y no estoy hablando del sueño del pibe de haber entrado en Microsoft a los 27 años como Gerente de Relaciones Académicas, sino lo que el trabajo en sí me permitía hacer con gran orgullo.

De igual manera, encontrarme con estafadores a lo largo de estos años me ha dado un sentimiento de pertenencia para con los grupos que se esfuerzan por alcanzar objetivos a costa de su propio trabajo y no de vivir de los demás, y eso se da por contraposición con sentir rechazo por la falta de respeto observada de parte de ciertos individuos.

Sin embargo, nada de todo esto hubiera sido posible sin tener tiempo de análisis, y sin tener la humildad de aceptar que no sabemos todo, y que somos arcilla moldeable en las manos de una sociedad que nos plantea situaciones nuevas todos los días. Vivimos a mil y rara vez nos tomamos el tiempo de captar lo hermoso a nuestro derredor, o pocas veces vemos mas allá de la belleza inmediatamente observable. Somos parte de todo y al mismo tiempo de nada. ¿Por qué detenernos a pensar cuando muchas de las cosas están dadas y debemos adaptarnos a ellas como está escrito?

Si tuviésemos solo un minuto y la capacidad para aprovecharlo realmente, y tomásemos ese momento son sabiduría y humildad, aprenderíamos a ver las cosas de otra manera, y probablemente creceríamos a partir de nuestras propias experiencias pasadas, archivadas en un cajón recóndito de nuestra memoria.

De nuevo, quizás es solo mi necesidad y mi momento particular en busca de ese momento especial, que me permita volver a captar en toda su dimensión la belleza a mi alrededor y seguir creciendo, en pos de convertirme en una mejor persona.

Como homenaje a un poeta extinto, les dejo el siguiente video con una canción hermosa.



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