Yo vengo a ofrecer mi corazón
En la vida siempre vamos a encontrar impedimentos para hacer las cosas realidad, y nos vamos a encontrar creyendo que la única manera de alcanzar el éxito es mediante dinero, contactos o influencias.
Con el paso de los años crecí creyendo ese paradigma, hasta que decidí patear el tablero e intentar de otra manera, con los que quisieran hacerlo. No sé aún si lo lograré o no, pero me dí cuenta que lo único que puedo aportar para que las cosas se hagan, es mi propio esfuerzo, mi trabajo y las ganas de transformar ideas en realidades.
Hasta ahora me encontré con resultados dispares, pero lo bueno es que aprendí mucho, y que no me rendí ante las dificultades. También es importante encontrar personas que estén dispuestas a aportar su propio esfuerzo, porque aquel que cree que él solo puede mover montañas solo se autoengaña. La clave del éxito radica en el esfuerzo conjunto y en el poder de la fe en lo que se hace.
Con esto no busco volverme místico, o que crean que me puse una túnica blanca y me creo un mesías ni mucho menos, pero si creo, y muchos textos así lo afirman, que para llevar adelante cualquier proyecto y poder "venderlo" se tiene que creer en el mismo, porque de otra manera los demás tampoco creerán si nosotros no lo hacemos.
En cada uno de los emprendimientos que me embarqué, tengo la suerte de trabajar hombro con hombro con gente que cree ciegamente en ellos, y no solo que lo ven con ojos comerciales para venderlo en un futuro. Creen en las ideas, en los principios, en lo que representa cada uno de los productos, servicios o proyectos sociales. Sin este tipo de visión sería imposible llevarlos adelante, sobre todo considerando que ninguno tiene bolsillos hondos como para pagar por hacerlos realidad. La fuerza que imprimen cada una de las personas es lo que le da aire a estas realidades y lo que finalmente transformará estos proyectos en una buena historia para contar a quienes vengan detrás.
Mi recomendación: mantengan los pies sobre la tierra, pero no dejen de soñar un poquito. La realidad es dura y tiende a desmoralizarnos, por lo cual soñar de vez en cuando es lo que nos lleva a mantener la fe. Tampoco vivamos en sueños, porque así es como volamos cerca del sol y nos caemos en picada, cosa que se ha visto en innumerables ocasiones. Hay que mantener el equilibrio, y las probabilidades de éxito se multiplicarán.
Les dejo un video de YouTube interesante. Si clickean en el botón de CC podrán activar los subtitulos y también traducirlos al español.
Con el paso de los años crecí creyendo ese paradigma, hasta que decidí patear el tablero e intentar de otra manera, con los que quisieran hacerlo. No sé aún si lo lograré o no, pero me dí cuenta que lo único que puedo aportar para que las cosas se hagan, es mi propio esfuerzo, mi trabajo y las ganas de transformar ideas en realidades.
Hasta ahora me encontré con resultados dispares, pero lo bueno es que aprendí mucho, y que no me rendí ante las dificultades. También es importante encontrar personas que estén dispuestas a aportar su propio esfuerzo, porque aquel que cree que él solo puede mover montañas solo se autoengaña. La clave del éxito radica en el esfuerzo conjunto y en el poder de la fe en lo que se hace.
Con esto no busco volverme místico, o que crean que me puse una túnica blanca y me creo un mesías ni mucho menos, pero si creo, y muchos textos así lo afirman, que para llevar adelante cualquier proyecto y poder "venderlo" se tiene que creer en el mismo, porque de otra manera los demás tampoco creerán si nosotros no lo hacemos.
En cada uno de los emprendimientos que me embarqué, tengo la suerte de trabajar hombro con hombro con gente que cree ciegamente en ellos, y no solo que lo ven con ojos comerciales para venderlo en un futuro. Creen en las ideas, en los principios, en lo que representa cada uno de los productos, servicios o proyectos sociales. Sin este tipo de visión sería imposible llevarlos adelante, sobre todo considerando que ninguno tiene bolsillos hondos como para pagar por hacerlos realidad. La fuerza que imprimen cada una de las personas es lo que le da aire a estas realidades y lo que finalmente transformará estos proyectos en una buena historia para contar a quienes vengan detrás.
Mi recomendación: mantengan los pies sobre la tierra, pero no dejen de soñar un poquito. La realidad es dura y tiende a desmoralizarnos, por lo cual soñar de vez en cuando es lo que nos lleva a mantener la fe. Tampoco vivamos en sueños, porque así es como volamos cerca del sol y nos caemos en picada, cosa que se ha visto en innumerables ocasiones. Hay que mantener el equilibrio, y las probabilidades de éxito se multiplicarán.
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