Del dicho al hecho...
Una de las prácticas más importantes en la vida, es hacer realidad la teoría o los sueños. Si bien una de las características del emprendedor es concretar las ideas e intentar vivir de ellas, este aspecto puede implementarse en cualquier ámbito de nuestras vidas.Una de las cosas que mas me enorgullece en esta etapa de mi vida no es la generación de ideas o el apuntar a muchos objetivos en simultáneo, sino mi obstinación para hacer realidad los sueños. Esto no significa, como muchos creen, alcanzar el éxito económico, porque hacer realidad las ideas no significa estar bañado en dinero. Ponerse un objetivo y cumplirlo puede ser algo tan sencillo como correr 40 minutos.A pesar de ello, alcanzar las metas o sentir que estamos en camino para eso, nos puede dar un inmenso placer y llenarnos el alma cada día. Uno tiene que darse cuenta que infinidad de personas viven su vida diciendo "estaría bueno si hacemos..." (completar ... con lo que cada uno piense cada día) y creo poder asegurar que mas del 90% nunca lleva a la práctica sus deseos.Tiempo atrás, luego de vivir una mala experiencia en relación a una fundación donde observé todo lo bajo que puede caer una persona, me dí cuenta que aún no había terminado mi deseo de hacer algo distinto. En el último tiempo me dediqué a emprender y generar proyectos nuevos, pero ninguno de ellos, mas allá de hacer escuela, tiene un fin puramente social. Por este motivo, empecé con la idea de crear un proyecto social con principios, ideales, y un fin específico. Hoy me llena el corazón saber que ese proyecto, 4 meses después, está vivo y goza de buena salud, en camino de presentar los papeles para obtener personería jurídica.¿Cuánta gente quedó en el camino en estos 4 meses?¿Cuánta gente se sumó y se sumará luego?Lo importante no es vivir pensando en el "what if", sino dedicarle algo de tiempo y esfuerzo para concretar las cosas. Todos creemos que lo económico es lo que dicta por sobre todas las cosas, y yo hoy puedo decir que el corazón es lo que prima, cuando uno realmente quiere algo. Cuando cumplí 30 el año pasado, todo el mundo me hablaba de la crisis de los 30, de los 40, de los 20 y todas las crisis que uno soporta a lo largo de la vida. A mi me asombraba con la naturalidad que aceptaba mi propio crecimiento, hasta que me di cuenta que las crisis ocurren cuando uno tiene cosas de que arrepentirse del pasado o siente que no hizo todo lo que le gustaría haber hecho. De ahí surge el clásico "what if". Estando a pocas semanas de cumplir los 31 aún siento que paso mi vida haciendo lo que me dicta el corazón, y eso me genera un estado en el cual no hay arrepentimientos o cosas en el tintero, sino orgullo de lo realizado hasta el momento y esperanza de tener la fuerza para seguir haciendo.Tengo la suerte de haber conocido mucha gente que vive bajo una regla: ser fieles a sí mismos. Dentro de esta regla reside lo mejor de los seres humanos, demostrando que aún en la peor de las situaciones las cosas se pueden hacer si hay suficiente voluntad para llevarlas a cabo.
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