¿Cómo vivir y no morir en el intento?

Irónicamente, la mayoría de la gente vive su vida con miedo a la muerte. Por muerte no me refiero solamente a la muerte de nuestro cuerpo físico, sino también al fracaso o a fallar, que nuestra muerte traduce en una muerte social al vernos como perdedores o inútiles, y nos genera un temor que nos paraliza para tomar decisiones o vivir mas libremente.

Siempre dije que lo importante en la vida es soñar, y de hecho también comenté que la vida es mas llevadera si nos reímos, y me han tildado a veces de simplista, chabacano y hasta marketinero. Es simplista para nosotros que tenemos sueños y planes pensar que el humor puede cambiar la vida de alguien, sin embargo, tendemos a subestimar el poder de las sensaciones en la vida.

Creo que todos, algunos mas o algunos menos, conocemos historias de personas que sufren enfermedades o discapacidades que les impiden cumplir esas cosas con las que siempre soñaron. Yo siempre tengo como ejemplo a seguir en mi vida el de una persona que es una hermana para mi, y siempre vivió para cumplir su sueño familiar, y se encontró con una complicación en su vida que hizo que deba postergar lo que siempre quiso por tiempo indefinido. A pesar de ello, ella siempre se comporta de forma positiva, siempre tenemos la chance de reirnos (aún de nuestros problemas) y ella no deja de abrazar la vida por mas problemas que surjan. Eso es vivir.

Lo único irreversible es la muerte (y por ahora), pero todo lo demás es salvable o compensable. Está demostrado que gente que les han quitado partes de su cerebro han aprendido con otras partes del mismo a compensar la falta y recuperado funciones. También es cierto que en la naturaleza muchos animales que han perdido partes de su cuerpo han vivido una vida plena, acostumbrándose a sus discapacidades. ¿Entonces por qué tenemos tanto miedo de vivir?¿Qué puede pasar si decidimos arriesgarnos que no sea compensable?

Las personas aversas al riesgo piensan que a veces tomar decisiones y arriesgarnos al fracaso es lo peor que podemos hacer, pero ¿por qué no analizar que todo lo que decidimos hacer durante nuestro día consiste en un análisis constante de probabilidades? Si decidiesemos quedarnos en cama nos estaríamos arriesgando a determinadas consecuencias, y si decidiésemos salir a la calle, a otras. Pero en nuestra mente le asignamos un impacto mayor al hecho de subir una montaña, de emprender o de expresar nuestras ideas. Y ese impacto y esa probabilidad de ocurrencia es lo que nos frena a la hora de vivir, por miedo a la muerte en la mas amplia acepción de la palabra. Deberíamos empezar a sentir que no tenemos nada que perder, y jugarnos por nuestros ideales, por nuestras ideas y nuestros amores. A veces no hay mejor sensación que la de estar entre la espada y la pared, y que no tenemos nada que perder, eso nos lleva a jugarnos por cosas que en otra circunstancia no lo haríamos.

La vida es muy corta para solo pasarla, para solo sentir que lo que dejamos es ni mas ni menos lo que la sociedad esperaba de nosotros. Dejar solo nuestro trabajo de mula en esta tierra puede ser una forma triste de ser recordados. Tener miedo de vivir es una forma mas veloz de morir, y ser derrotados mas rápido aún.