Vientos de cambio

La mayoría de nosotros no disfrutamos lidiar con la incertidumbre. Es estresante. Es desgastante. Creanme, afecta nuestra salud de maneras impensadas.

Por algún motivo, sin embargo, algún plan divino, nuestra vida suele ser un cambio constante, con toda la incertidumbre que ello conlleva.

Creemos muchas veces que cambiamos para conocer el resultado de ese cambio, como cuando decimos que nos comportaremos de tal o cual manera, cuando en realidad todo es tan complejo que rara vez acertemos.

Mi vida en las últimas semanas se ha convertido precisamente en un cambio constante. Nació mi hija hace 3 semanas, en el medio de una incertidumbre total sobre como manejaríamos el tema del parto con nuestro hijo, siendo que no tenemos familia cerca. Tuvimos la suerte de que nuestra hija decidió esperar hasta 10 horas después del arribo de mis papás. Probabilidad del 3%...

Luego de eso, obviamente, comenzamos con un estilo de vida en el cual nada se da por sentado, y nada es sencillo, y como para hacer todo mas emocionante, decidí darle mas sabor a mi vida embarcándome en una decisión conjunta de cortar con una relación tóxica.

Lo mas loco igualmente de cuando se cortan relaciones con sociópatas y mentirosos, es que uno por algún motivo espera que se comporten de manera lógica y correcta, y se pone mal o triste cuando se comportan como todos sabíamos que se iban a comportar. Uno diría: no se va a pegar un tiro en el pie, no es tan enfermo, y sin embargo lo hace, como sabíamos que lo haría y por suerte nos preparamos para ello. Pero por algún motivo aún así nos sorprendemos. Es como el gato de Shrodinger: será un sociópata y una persona normal al mismo tiempo hasta que levantemos la tapa de la caja...

Así mi vida transcurre entre incertidumbres personales y laborales. Gratos momentos, felices momentos, y estresantes momentos. Solo siento esa brisa de Manitoba que de a ratos se convierte en vientos de cambio, y que es capaz de arrasar todo a su camino, pero que a la vez también se lleva los nubarrones y nos deja un día de sol brillante.

Nunca se olviden que esos cambios, que generalmente producen crisis, si son suficientemente inteligentes y han aprendido de sus errores, prontamente se convertirán en oportunidades. Todo aquel que ha aprendido a levantarse de sus cenizas sin o con poca ayuda, puede hacerlo nuevamente todas las veces que sea necesario.

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