Me vivo yendo

El título esta vez va dedicado pura y exclusivamente a mis viejos, que me presentaron la murga uruguaya, y de la cual tomo prestada esta frase que tanto describe mi estado mental actual.

Pocas veces he pasado momentos tan dulces y amargos en mi vida. Pocas veces he disfrutado tanto y llorado tanto.

Aún no me fui, y sin embargo comienzo a imaginarme dentro de 7 días como una experiencia excorporea, donde veo una habitación que no es la mía, un mundo exterior que no es aquel en el que viví por 34 años, y donde no me junto con mis viejos, Oliver, mis suegros o mis cuñados a almorzar, merendar u observar simplemente como disfrutan de Noah y yo mientras tanto disfrutarlos a ellos.

Mi vida este último año se transformó radicalmente con la llegada de Noah y mi arribo a la comprensión de muchas cosas que hasta ahora me habían permanecido ocultas. El valor de los afectos, la importancia o falta de ella del trabajo, la precariedad de la situación social, económica, etc de la Argentina, el lugar que cada uno le da a las experiencias, las personas que lo rodean y otras cosas que me fueron marcando.

En lo laboral, cómo quejarme? Me voy en plena explosión y crecimiento. Algunos son Rockstar, yo soy simplemente un laburante que solo levanta la cabeza para tomar aire y seguir remando:

http://googleamericalatinablog.blogspot.com.ar/2015/02/un-trampolin-para-el-crecimiento.html

Tengo mucho por perder con nuestra partida? Si. Tengo mucho por ganar? Si. Creo que la diferencia está en que si uno no se la juega, todo lo que ganó se puede perder en un segundo, y nunca me enteraré de lo que podría haber ganado.

Por esto y por mucho mas no se como sentirme. En realidad si lo se. Soy feliz. Tengo todo y mas de lo que hubiese imaginado. Me gustaría mejorar algunos aspectos míos, como el estado físico, pero en lo demás no puedo quejarme demasiado. Y esa seguridad en mí mismo me ha ayudado a crecer en el aspecto profesional y sentir que algo valgo, mientras al mismo tiempo tanto no me modifica la valoración ajena. Y en paralelo, me siento miserablemente mal. Me siento terrible por hacer sufrir a mis afectos al dejarlos físicamente por tiempo indeterminado. Me siento mal porque yo también los voy a extrañar. Me siento que tiro la toalla, cuando en realidad no es así, pero por otro lado siento que necesito la distancia con este país porque veo cosas que están radicalmente mal y que no se solucionarán en el futuro inmediato porque hay intereses creados de parte de nuestra clase dirigente para que no se solucionen.

Independientemente de la partida física, del dolor, de la separación y de sentir que para ganar algo hay que perder otra cosa, creo que uno de a poco va generando ese quiebre con las experiencias. Esto es un proceso largo, dado que uno no decide partir de un día para el otro, salvo que exista algún quiebre, alguna ruptura. De otra manera, uno vive yéndose lentamente, rompiendo ataduras y desgarrándose por dentro.

Las lágrimas que uno y sus afectos vierten en estos momentos, llenarán las copas de aquel Brindis por Pierrot...

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