Venas abiertas de América Latina

OK, sé que los posts se me van espaciando, pero al menos sé que no se debe a que me vendí a otras redes sociales como Facebook o TW (aunque en la primera posteo cada vez fotos de Noah), sino a que la paternidad, el cansancio, el trabajo y otras yerbas me bloquean mas de lo que habría creído un año atrás.

El lunes pasado volví de vacaciones y llevo toda la semana pensando en sentarme un rato a escribir antes de estar quemado nuevamente. Estuve en México, que no visitaba hace 10 años, y me movió el piso ver como el país se fue consolidando y creciendo en esta pasada década mientras Argentina realizaba una parábola en el mismo período.

Es común entre políticos o inclusive entre la gente de otros continentes o subcontinentes meter a todo Latam en una misma bolsa (quizás exceptúan a Brasil, por tamaño de mercado o porque la visión que tienen es la del carioca feliz en la playa jugando fútbol y tomando caipirinha). Todos hablan de la hermandad latinoamericana a pesar que muchas veces entre los mismos países se matan (y hablo en tercera persona porque muchas veces el pueblo no tiene nada que ver en los problemas de gobernantes) o se odian. Veamos en Argentina que opinión tenemos de los paraguayos, bolivianos, peruanos o chilenos. O preguntemos en Chile que piensan de aquellos países con quienes comparten frontera. Y sin embargo, para el resto del mundo, Latinoamérica es prácticamente lo mismo y casi casi que no disciernen entre distintos territorios y costumbres.

Cuando llegamos a México mi esposa se esperaba la visión que siempre nos pintaron los Yankis. Esperaba ver un desierto, gente con sombrerotes sentados en el piso tomando tequila mientras dormían la siesta y solo faltaba Speedy Gonzalez haciendo de las suyas. Qué nos encontramos? Un país con muchas inequidades es verdad, pero con gente super servicial y amable, y con una economía estable y pujante, con una variedad de productos que solo vimos en USA y que probablemente de allí fueran importados, pero brindando el acceso a la población a un sinfín de variedades de la mano de un servicio al cliente mas que excelente.

Y hace unos 4 años tuvimos la posibilidad de conocer Colombia, que también nos deslumbró con su crecimiento y su gente y lo lejos que está de esa patria arrasada por la droga y los cárteles que uno tenía en mente. Eso sumado a otros países que tuve la suerte de conocer como Chile, Uruguay, Brasil, Perú, Costa Rica, etc. Latinoamérica tiene tanto y tanta variedad y diversidad. Sin embargo muchas veces pareciera que Buenos Aires es la capital de Brasil para algunos, o que en Plaza de Mayo tenemos pirámides Mayas o Aztecas. Una bizarrada si me permiten decirlo (vean el capítulo de Bones donde vienen de luna de miel a Buenos Aires).

Pero mas allá de lo que haya en la región, no deja de sorprender lo cambiante que se vuelven cada uno de los países. Buenos Aires supo ser la París de Sudamérica y Argentina uno de los países con mejor educación y salud. Hoy día no dejo de sorprenderme por la falta de ambas características y por la soberbia con la que aún muchos de nosotros nos manejamos como si caminásemos 10cm sobre el suelo, y no puedo borrar de mi cabeza los destrozos que ocurrieron después de la final del mundial. Lamentablemente en muchos países sus habitantes se creen superiores a sus vecinos, y no es algo propio de Latam. Pregunten en Europa central que piensan de Rumania, España, Grecia, etc.

Pero mal de muchos no es consuelo de tontos. Latam tiene una posibilidad única de crecimiento no solo desde el desarrollo de materia prima sino que tiene todo por crecer en desarrollo de propiedad intelectual, investigación, etc. Entonces por qué dedicarnos a medir quien es mejor o peor? Por qué enorgullecernos por si uno es mas blanco, mas café, mas europeo o mas nativo? Por qué no enfocarnos en imitar lo mejor de cada uno de los países que nos rodean y buscar un desarrollo sustentable para explotar finalmente la calidad humana con la que contamos?

Creo que la respuesta está nuevamente en la clase gobernante y su falta de interés en un crecimiento conjunto. Creo que las mezquindades de los pueblos hacen que se nos complique reconocer que nuestro vecino es mejor que uno en algo. Pero que lindo sería que finalmente la hermandad latinoamericana existiese mas allá de los papeles y las expresiones de deseo y honestamente pudiésemos alegrarnos por el prójimo y ayudarnos mutuamente. Solo queda seguir soñando y desear que aprendamos a ser cada día un poquito mejor.

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