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A medida que se acerca fin de año, uno se va relajando y bajando las revoluciones como si el mundo se dirigiera a su inevitable descanso, y es por ello que muchas veces cuesta retomar las actividades cotidianas como ser escribir unas líneas de pensamiento.

A pesar de eso, el fin de año me encuentra con una dualidad de realidades. Por un lado estoy agotado, con ganas como todos, de tomarme vacaciones; y por otro a pesar de las costumbres generales, pareciera que el fin de año pudiera llegar a ser la época de mayor actividad. Entonces eso me empuja a seguir activado, haciendo cosas desde lo académico, lo laboral y lo personal.

Cuando uno piensa que es momento de sentarse a analizar y definir caminos a seguir es cuando la vida, de manera inesperada, nos plantea una serie de decisiones importantes a tomar, y cuando mas activos debemos estar para no dejar pasar el tren. 

Como ya saben, leyendo libros de biografía, como el de Jobs, uno puede poner en perspectiva decisiones y vivencias propias, porque uno siempre es mejor juez de la vida ajena que de la propia. Pero si se es inteligente, la traza de paralelismos nos puede ayudar a hacer las cosas de manera distinta, aprendiendo no solo de las acciones propias sino de las de otros. Uno no debe evitar intentar aprender de las interacciones con otras personas y darse cuenta de la magnitud real de los que nos acontece comparado con otras realidades.

El otro día, hablando con una vecina, me contó una serie de desgracias que le ocurrieron este año (desgracias en serio, no un caño roto), en el medio de una conversación en la cual nunca perdió la sonrisa o la amabilidad, lo cual me resultó un ejemplo de como mirar al futuro con fe de que las cosas pueden cambiar, y que aún si eso no ocurre, estamos vivos y podemos hacer muchas cosas, lo cual no es poco, y debemos estar felices y agradecidos por ello.

Jobs como persona fue una basura, no hay duda de ello. Pero también fue un visionario y una persona que inspiró muchos cambios. No reconoció ni ayudó a su primera hija durante años, no estuvo con sus siguientes hijos casi nada, maltrató a cientos de personas, manipuló e insultó a tantas otras, pero sin embargo generó un instinto de autosuperación y de distorsión de la realidad que llevó a la gente que lo rodeaba a alcanzar objetivos que otros creían imposibles. Como dijo uno de sus ingenieros al desarrollar una funcionalidad: "pudimos hacerlo porque no sabíamos que era imposible, gracias a la distorsión de la realidad".

Por ello lo que planteo para el fin de este año y para que empecemos a hacer el año que viene es no dejarnos vencer por los miedos y por las reglas que indican que no podemos. Empecemos a ponernos objetivos y trabajar para alcanzarlos hasta que nos choquemos con una pared, y una vez que lo hagamos, taladremos un agujero a través de ella para que nada nos detenga. Infinidad de cosas se lograron con esfuerzo, países se liberaron y cosas se crearon por no saber que era imposible hacerlo.

Desterremos la palabra imposible de nuestro vocabulario y la reemplazamos por "difícil", "complicado" o cualquier otra. Creamos que todo es posible si pensamos creativamente.



Comments

  1. La verdad que aparte de hacerme recordad un tema de Ricky Martin y un slogan de Adidas como siempre me hiciste pensar un poco.

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