A-rriesgarse
Hay ciertas cualidades que definen a una persona. Existen ciertas otras que definen los caminos que tomamos mas concretamente. Estoy convencido de que la manera en la que tomamos y manejamos el riesgo es una de estas últimas. Tomar un riesgo puede definir el trabajo que buscamos, las personas con las que nos juntamos, o mismo el hecho de si vivimos o morimos, sin temor de sonar demasiado exagerado en lo que digo.
Obviamente, también existen distintos tipos de riesgos y distintos impactos de los mismos. Si uno analiza friamente una planilla de riesgos en un proyecto, verá que se definen las probabilidades de que un evento determinado ocurra y el impacto del mismo. Estas variables serán las que definan en ese proyecto la severidad del evento y son las condicionantes a la hora de definir estrategias de manejo de riesgos (aceptar el evento, definir un plan de contingencia, mitigación, etc). Sin embargo, esa definición de estrategias dependerá no solo de lo aceptable según los parámetros del proyecto o cliente sino también de quien lleva adelante las tareas, de quien elige finalmente la toma de los riesgos, con lo cual existe cierto grado de subjetividad.
Para una persona, puede resultar una inyección de adrenalina arriesgarse, y de hecho mucha gente sin esa motivación le resulta prácticamente imposible llevar adelante cualquier emprendimiento, mientras que otros consideran lo mismo como riesgos "innecesarios". Las distintas personalidad hacen que exista un abanico de posibilidades enormes en la consideración de esos eventos. Podemos observar como ejemplo el hecho de que mas allá que hay países mas riesgosos que otros para vivir, existe gente que no se siente segura saliendo a la calle, y vive con un miedo o atención constante, mientras otros simplemente están atentos a su alrededor sin por ello considerar un peligro salir de sus hogares.
Saber donde uno se encuentra dentro del espectro de la toma y manejo de riesgos es una ayuda a la hora de emprender, ya sea en lo laboral o en lo personal. Uno puede definir si necesita la seguridad de la relación de dependencia o si es realmente una posibilidad arriesgarse a desarrollar un negocio propio. Se puede decidir entre estar relacionado con una persona (llámese amigo o pareja) que uno considera que implica la posibilidad de ser engañado o abusado o simplemente jugarse a una relación segura. En cada una de estas posibilidades y en tantas otras donde uno evalúa el riesgo segundo a segundo, se van tomando las decisiones que conformarán nuestra vida.
En lo personal, creo que soy inconsistente conmigo mismo si observo como tomo riesgos que pudieran tener un alto impacto en algunas situaciones y como en otras soy extremadamente conservador, sin estar dispuesto siquiera a ceder un centímetro en mi postura frente a una determinada posibilidad. A pesar de ello, creo sin temor a equivocarme, que soy feliz con el resultado.
Obviamente, también existen distintos tipos de riesgos y distintos impactos de los mismos. Si uno analiza friamente una planilla de riesgos en un proyecto, verá que se definen las probabilidades de que un evento determinado ocurra y el impacto del mismo. Estas variables serán las que definan en ese proyecto la severidad del evento y son las condicionantes a la hora de definir estrategias de manejo de riesgos (aceptar el evento, definir un plan de contingencia, mitigación, etc). Sin embargo, esa definición de estrategias dependerá no solo de lo aceptable según los parámetros del proyecto o cliente sino también de quien lleva adelante las tareas, de quien elige finalmente la toma de los riesgos, con lo cual existe cierto grado de subjetividad.
Para una persona, puede resultar una inyección de adrenalina arriesgarse, y de hecho mucha gente sin esa motivación le resulta prácticamente imposible llevar adelante cualquier emprendimiento, mientras que otros consideran lo mismo como riesgos "innecesarios". Las distintas personalidad hacen que exista un abanico de posibilidades enormes en la consideración de esos eventos. Podemos observar como ejemplo el hecho de que mas allá que hay países mas riesgosos que otros para vivir, existe gente que no se siente segura saliendo a la calle, y vive con un miedo o atención constante, mientras otros simplemente están atentos a su alrededor sin por ello considerar un peligro salir de sus hogares.
Saber donde uno se encuentra dentro del espectro de la toma y manejo de riesgos es una ayuda a la hora de emprender, ya sea en lo laboral o en lo personal. Uno puede definir si necesita la seguridad de la relación de dependencia o si es realmente una posibilidad arriesgarse a desarrollar un negocio propio. Se puede decidir entre estar relacionado con una persona (llámese amigo o pareja) que uno considera que implica la posibilidad de ser engañado o abusado o simplemente jugarse a una relación segura. En cada una de estas posibilidades y en tantas otras donde uno evalúa el riesgo segundo a segundo, se van tomando las decisiones que conformarán nuestra vida.
En lo personal, creo que soy inconsistente conmigo mismo si observo como tomo riesgos que pudieran tener un alto impacto en algunas situaciones y como en otras soy extremadamente conservador, sin estar dispuesto siquiera a ceder un centímetro en mi postura frente a una determinada posibilidad. A pesar de ello, creo sin temor a equivocarme, que soy feliz con el resultado.
Comments
Post a Comment