El perverso y el remedio

Bastante tiempo ya pasó desde mi último post, y la verdad poco tiempo dispuse para sentarme a volcar sentimientos.

Los últimos tiempos se volvieron difíciles en mi cabeza por situaciones personales y profesionales, y mi último post resultó mas sombrío de lo que hubiera querido, ante el nacimiento de mi hija, y ahora puedo ver las cosas con otra perspectiva.

En los últimos meses tuve que lidiar con una mala decisión profesional de hace 6 años atrás, donde quedé pegado a un perverso con rasgos psicopáticos, mentiroso compulsivo y falto de códigos, que intentó ensuciar un trabajo basado en ideal, principio y esfuerzo. Eso generó un conflicto interno en mí, que me tiró demasiado abajo ante la sola posibilidad de que alguien pudiese creer tantas mentiras. Es por ello que fue fácil para mi caer mas de lo que hubiera pensado.

Sin embargo, hay una realidad inapelable que hablamos con Sole, mi compañera de idealismos, y es que tenemos algo que el tipo perverso no tiene: familia, amigos y gente que nos respeta, que nos ama, y que nos soportan nuestros delirios y esfuerzos. Solo considerando eso, hemos ganado el mundo.

Hace casi tres meses nacía Amy, mi hija. No fue fácil lidiar con la complejidad exponencial de pasar de un hijo a dos. Y mas aún estando solos con Sol del otro lado del mundo. Y si encima a eso le sumamos la energía que me consumió la perversidad psicopática, ni hablemos. Cada día encontrando un muerto nuevo, durante meses. Al día de hoy seguimos.

Pero saben qué? Tuve un fin de semana espectacular. De esos que sirven para "limpiar el paladar". Disfruté muchos momentos familiares, con mi esposa y con mis hijos que aún después de mis numerosas faltas, me dan su amor y apoyo incondicional. El remedio para la perversidad es el amor. Suena cursi, pero el amor, el respeto, ver como las cosas levantan vuelo, limpian el aire.

Las dificultades existen y existirán siempre. En lo personal y en lo laboral. Pero a esos desafíos los enfrento a diario y los disfruto.

Es difícil la paternidad pero se hace mas fácil ante una sonrisa de mi hija, o cuando mi hijo se duerme abrazado a mí después de haberme vuelto loco por horas. Es difícil la pareja cuando estamos corriendo para ser padres, abuelos, tíos, y todos los roles que no tenemos acá, pero se hace mas fácil cuando compartimos momentos juntos.

Es difícil lo laboral cuando encontramos un muerto tras otro dejados por la ineptitud, la desidia o la mala leche ajena, pero se hace mas fácil cuando recibimos mensajes de jóvenes que consiguen empleo, o cuando los profes nos mandan con orgullo las fotos de los estudiantes concentrados en clase.

La vida puede estar llena de perversos psicopáticos, pero todo se hace mas fácil cuando esa obscuridad la enfrentamos con amor, respeto y tantos otros valores positivos. Seguramente tendré tantos otros momentos difíciles por venir, pero espero poder seguir aprendiendo de mis hijos y su capacidad de ser felices aún cuando las cosas no salgan 100% como queremos.

Espero poder escribir posts contando mis historias pero siempre mostrar el lado bueno, porque nada, absolutamente nada, justifica que dejemos de valorar aquellos momentos únicos de nuestra vida. Y esa fue mi lección aprendida de estos meses.