Legado

"Cosa material o inmaterial que se deja en testamento o se transmite de padres a hijos, de generación en generación".

Muchas veces pienso en mi legado. En distintas charlas de café con personas que me conocen (y muchas que no), cuando cuento un proyecto particular, me dicen: "buscás que ese sea tu legado?".

La realidad es que muchas veces pensar en un legado suena hasta soberbio. Por qué debemos creer que todo lo que hacemos marcará un hito que será lo suficientemente valioso como para ser dejado a futuras generaciones? Tan importantes somos, o lo es lo que hacemos?

Sin embargo, es cierto que a veces inconscientemente pensamos en lo que le estaremos dejando a nuestros hijos, o a las personas que nos reemplazarán en nuestras creaciones o proyectos. Aquel que piensa que es el centro del universo y no logra ver mas allá de sus narices es el verdadero soberbio o narcisista. Aquel que se cree dueño único de los proyectos y que lucha por mantener la información y las "propiedades" bien cerca para que nadie se las quite es aquel que no puede realmente pasar a la posteridad, porque en el fondo tiene miedo de darse cuenta de que realmente no es especial.

Poder trabajar pensando en dejarle un futuro mejor a nuestros hijos, es quizás la primera forma de dejar un legado. Ya sea ayudándolos con su educación, con un techo, con un entorno familiar de amor, o en la propia construcción de sus proyectos, es como primero empezamos con nuestro legado. 
En el mejor de los casos, lo que construyamos realmente ayudará a mas personas, y logrará el valor que quizás solo nosotros le vemos hoy.

Pero esto se logra con el esfuerzo desinteresado. Intentando dejar algo bueno detrás nuestro, pero no buscando el reconocimiento ajeno constante. Aquel que vive para demostrarse importante solo demuestra una inseguridad y un miedo que se percibe por todos aquellos que lo tratan, o que han oído de él. El narcisista solo logra ver legados en el espejo, convenciéndose de su propia importancia, o intentando adueñarse de los logros ajenos para intentar transmitirlos como propios. Eso, rara vez deja algo perdurable, y lo mas triste es la cantidad de recursos malgastados en ese camino.

Empecemos por lo que tenemos cerca, intentando hacer de este mundo algo un poquito mejor, aunque sea para nuestros hijos o nuestros seres queridos, y luego empujemos nuestros límites de influencia a ver qué mas podemos hacer. Así realmente, sin pensarlo, estaremos dejando algo realmente bueno y sano. 

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