Lecciones Aprendidas

Hoy comenzamos nuestro tercer año viviendo aquí en Canadá junto a Sol y Noah, y es un buen momento para volcar aquí algunos pensamientos que vengo teniendo estos días.

En estos últimos años tuve la posibilidad de conocer a muchas personas y vivir nuevas y viejas situaciones. Y no estoy hablando de cosas específicamente puntuales de Argentina, sino que tuve la suerte de conocer formas e idiosincracias en distintos países, y de lograr encontrar comportamientos comunes y distintos. Conocí miserias, propias y ajenas, que mucha gente piensa que se circunscriben a un país del Tercer Mundo y que ocurren también aquí, y también virtudes que explican en gran manera las diferencias entre las sociedades.

Tuve la posibilidad de trabajar con políticos y gobiernos de 3 países, y he conocido de sus buenas intenciones y miserias e ineptitudes que hacen imposible el empujar cualquier buena idea que se quisiera hacer. Y a veces no es mala voluntad, sino que simplemente es, como dicen en muchos libros de management, tener a la gente incorrecta en el lugar incorrecto.

Pero algunas de las cosas que mas rescato es el haber conocido buena gente, de la cual he podido aprender, y a la cual espero haber impactado positivamente. Con todos ellos hemos mantenido distintas conversaciones a lo largo de estos años que me han hecho pensar, por mas que fueran charlas de café que parecieran no tener sentido alguno mas que el placer de estar allí sentados.

Precisamente esta situación de conocer personas de todo tipo, nacionalidad, sexo, religión y color es lo que me hizo comenzar a pensar sobre la integración a través de la segregación. Y mas precisamente lo pensé porque muchas causas utilizan precisamente la integración mediante segregación como una poderosa herramienta de marketing.

Un amigo me decía el otro día que yo hacía un gran trabajo, innovador también, pero que me faltaba marketing. Y tiene razón porque lamentablemente yo crecí pensando que el mejor marketing sobre mi trabajo son los resultados obtenidos.

Podría hacer un curso solo para mujeres? O un curso para Sirios en vez de para todos los refugiados que lo necesiten? O para los aborígenes? O para, o para...

Si, técnicamente podría. Pero como le decía a este amigo: no debería yo intentar ayudar a todo aquel que lo necesita? Es necesaria la segregación para lograr la integración posterior? Es necesario hacer un curso de mujeres solas para que no le tengan miedo a los hombres o debo promover un ambiente sano de igualdad y trabajo mutuo donde todos se respeten, y quizás trabajar con las mujeres o los hombres aspectos específicos para ello?

Esto lo menciono separado del hecho de que obviamente hay bajo involucramiento de mujeres, aborígenes, refugiados, etc en tecnología, y se deben hacer programas para promover el interés, pero luego, se debe trabajar en integración desde el primer momento en que sumamos a las personas.

Esto me viene dando vueltas en la cabeza conforme veo mas y mas dinero pagando proyectos que trabajan solamente con minorías y las aislan de la sociedad en pos de la integración.

Saben como me integraron a la sociedad canadiense, y cómo busqué yo sumarme? Desde el primer día no me encerré en el ghetto argentino en Winnipeg, o en el ghetto de Winnipeg en Canada. Desde el momento que nos mudamos nuestros vecinos se acercaron, y tantearon a ver si seríamos personas abiertas, y hoy día puedo decir que estoy feliz de tenerlos a mi alrededor. Ellos son mis vecinos, mis amigos, y una especie de familia, que comparten la mesa conmigo en las fiestas, que le hacen regalos a mi hijo, y que conversan alegremente sin buscar ningún beneficio a cambio. Y como ellos, fui sumando otras amistades, otros conocidos, otros pares laborales. Y a todos he tratado con respeto y busqué entender nuestras diferencias para poder acomodarnos de la mejor manera, dejando de lado los preconceptos.

Que quede claro, yo no busco ser alguien que no soy. No juego fútbol americano, no digo soccer, no soy fanático del hockey ni nada por el estilo. No dejo de tomar mate adelante de quien sea, y de explicar nuestras comidas o golosinas, o mismo no dejo de hablar sobre el mercado de IT en Buenos Aires, del cual muchos ni saben que existe. No dejo de lado mi esencia sino que busco ser parte de un todo, a la vez que aprendo y me desarrollo. No busco ser un argentino viviendo en Canada sino ser un miembro de la sociedad canadiense. Es por ello que creo fielmente que la integración no parte desde la segregación sino de aprender sobre nuestras diferencias y luego respetarlas y buscar nuestro lugar dentro de eso a lo cual anhelamos o debemos pertenecer.

Fueron años de mucho aprendizaje personal, y aún así sigo aprendiendo y conociendo gente, de la buena y de la otra. Y como decía el otro día, no es algo que uno busca, sino que estando abierto a hacerlo, pasa naturalmente. A veces solo hay que saber despojarse de los pesos que traemos con nosotros...

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