En busca de la comunidad
Quiero compartirles el comienzo de una traza de ideas que escribí el 16 de Junio de 2009, solo para mostrar lo que ha venido creciendo en mí hace ya casi 8 años:
Según la definición de la Real Academia Española, una comunidad es un “conjunto de personas vinculadas por características o intereses comunes”.
Una comunidad, sin embargo, va más allá de las definiciones estrictamente semánticas. Está basada en las interacciones entre sus miembros, en su crecimiento y desarrollo y los objetivos comunes fijados. Una comunidad no solo queda definida por su estructura sino también por la manera en la que interactúa con su entorno, nutriéndose de él, adaptándose al mismo, aprendiendo, para luego ser capaz de modificarlo y enriquecerlo.
Diversas comunidades se han formado a lo largo de la historia, alrededor de productos, ideales, objetivos comunes o aún detrás de empresas u objetos de culto. Existen y han existido comunidades auto convocadas así como también comunidades impulsadas por objetivos privados, desde un motor propulsor que empujase el desarrollo en una dirección determinada.
¿Cómo alimentar una comunidad? Esta siempre ha sido una búsqueda esquiva para gran parte de los interesados en conducir las mismas. Por la misma naturaleza de una comunidad, sus límites no son claros, dado que esto coartaría su posibilidad y capacidad de crecimiento y expansión hacia nuevas áreas de conocimiento y porqué no, hacia otras geografías. En esta característica y la complejidad en su estructura interna, canales de comunicación e interacción interna y externa, radica la dificultad de definir objetivos claros y comunes para delinear una estrategia adecuada.
El primer paso que se debe realizar es comprender la dinámica de grupo de la comunidad y el entorno del mismo, para poder analizar de mejor forma sus interacciones internas y externas. Se debe entender quienes ostentan los diversos tipos de liderazgo en el grupo, quienes son los líderes por conocimiento, quienes poseen un liderazgo por popularidad, y que rol juega cada uno de los integrantes destacados. De esta manera, al trazar distintos tipos de gráficos representativos de las relaciones se podrán entender aspectos de una comunidad que permitirán trazar una estrategia adecuada para alcanzar los objetivos finales. Por otra parte, entendiendo el entorno en el cual la comunidad se desarrolla, sus aspectos culturales y costumbres, y adaptando y localizando las ejecuciones se podrá alcanzar un potencial mayor en el resultado final de los planes delineados.
A partir del entendimiento de las relaciones interpersonales, la pregunta que surge es, ¿Cómo motivar la persecución de esos objetivos planteados? Esta es una pregunta de difícil resolución, y para la cual se han buscado distintas aproximaciones. Una de las mismas busca llegar a la comunidad a través de una educación formal, atacando la formación misma de los miembros desde su etapa mas temprana. Si bien en muchos casos esta aproximación suele producir buenos frutos, ¿qué pasa cuando la percepción social del objetivo buscado no es popular? ¿Cuáles son las consecuencias de la presión social sobre los individuos de la comunidad? Y más aún, ¿qué ocurre cuando la enseñanza formal relacionada con los objetivos buscados convive en clase con la enseñanza de otras líneas socialmente aceptadas y populares?
Otra aproximación de amplia utilización es la comunicación de forma masiva a la comunidad en su conjunto, en búsqueda de la generación de opinión entre sus integrantes. De esta manera se realizan diversos tipos de actividades, llegando con los mensajes que se quieren transmitir, intentando orientar a los receptores de los mismos en una dirección predeterminada, sin un trabajo de fondo en profundidad. En la implementación de estas técnicas es común la utilización de medios de comunicación masivos de forma de alcanzar el mayor número de receptores posibles, encolumnándolos detrás de una idea, un producto, u otros objetivos que se busquen que adopte la futura comunidad.
Comments
Post a Comment