Reglas de mercado
Sé que me he convertido prácticamente en una publicación mensual, pero la verdad que la vida no da respiro y son contadas con los dedos de una mano las oportunidades de sentarme a escribir de una manera mas o menos lúcida.
En las últimas semanas tuve la salida de mi equipo de trabajo de dos personas a las que consideraba buenas personas. La realidad me terminó demostrando otra cosa. Cuando en el medio del torbellino diario me enteré de que uno colaboró en la salida del segundo, y que el segundo le ofreció a otro la posibilidad de irse también, la amargura y decepción se apoderaron inicialmente de mí. Obviamente que uno debe hacer una evaluación a conciencia de lo que hace para ver el motivo de las cosas, pero también esto es un indicador de una nueva generación sin códigos.
Ambas personas, con distintas actitudes, me demostraron que la falta de códigos están a la orden del día, y eso es un termómetro de nuestra sociedad actual que uno no puede dejar de observar. Es lógico que a cada persona le motiven distintas cosas, pero no todo en la vida es ético, y es muy triste aumentar la autoestima de uno buscando la destrucción del otro. Me doy cuenta de la pobreza de espíritu que existe cuando el ego se construye pisando cabezas ajenas.
Lo mas triste es estar diciendo esto como educador, y transmisor de valores a través de un trabajo social. Cuando uno tiene la oportunidad de trabajar con personas casi diariamente durante tres meses en un curso y no logra modificar algunos aspectos de comportamiento uno tiende a asumir un fracaso que quizás no debiera. Cómo cambiar algo que lleva años forjándose? Cómo hacerle entender a una persona que ser un mercenario y buscar la infelicidad ajena es algo que lleva a una felicidad pasajera pero que en el mediano y largo plazo nos terminará destruyendo a nosotros mismos?Uno de los chicos el otro día en un ejercicio, medio en chiste medio en serio, decía que si uno se enojaba con su empleador podía trabajar para destruirlo desde adentro. Y ni siquiera había trabajado aún. De dónde salen estas cosas?
Uno puede hacer un mea culpa de distintos aspectos. Y ser una persona socialmente responsable no quiere decir que sea un buen jefe, o un buen empresario, pero lo que siempre intento hacer es no faltarle el respeto a nadie. Cómo puede una persona agradecerme por haberle dado la oportunidad de aprender programación y haberle dado su primera oportunidad en la industria cuando nadie se la quería dar y 10 minutos después estar diciéndole a otra persona de mi equipo que si quiere lo puede recomendar en otro lugar?
Definitivamente hay situaciones que me exceden. Sé que cometo errores constantemente, y sé que muchos de quienes me leen me dirán que por algo se van, y probablemente tengan razón. Pero lo que critico es la falta de códigos, la falta de ética y de honestidad. La mentira está a la orden del día. El vale todo es lo que se adueña de la sociedad y faltan principios y valores. Estamos en un problema, y no se vislumbra quien se va a ocupar de cambiar ese rumbo a menos que cada uno aporte su grano de arena, ya sea liderando o siguiendo pero de manera consciente y sin buscar en el camino sacar ventajas de otros.
Estamos como sociedad ante una crisis grande, y solo depende de nosotros saber si saldremos fortalecidos o será el principio del fin de lo que conocemos hasta ahora. Las crisis hay que verlas como oportunidades, y depende de nosotros capitalizarlas.
Uno puede hacer un mea culpa de distintos aspectos. Y ser una persona socialmente responsable no quiere decir que sea un buen jefe, o un buen empresario, pero lo que siempre intento hacer es no faltarle el respeto a nadie. Cómo puede una persona agradecerme por haberle dado la oportunidad de aprender programación y haberle dado su primera oportunidad en la industria cuando nadie se la quería dar y 10 minutos después estar diciéndole a otra persona de mi equipo que si quiere lo puede recomendar en otro lugar?
Definitivamente hay situaciones que me exceden. Sé que cometo errores constantemente, y sé que muchos de quienes me leen me dirán que por algo se van, y probablemente tengan razón. Pero lo que critico es la falta de códigos, la falta de ética y de honestidad. La mentira está a la orden del día. El vale todo es lo que se adueña de la sociedad y faltan principios y valores. Estamos en un problema, y no se vislumbra quien se va a ocupar de cambiar ese rumbo a menos que cada uno aporte su grano de arena, ya sea liderando o siguiendo pero de manera consciente y sin buscar en el camino sacar ventajas de otros.
Estamos como sociedad ante una crisis grande, y solo depende de nosotros saber si saldremos fortalecidos o será el principio del fin de lo que conocemos hasta ahora. Las crisis hay que verlas como oportunidades, y depende de nosotros capitalizarlas.
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