Educación Cívica
Han pasado 3 semanas desde mi último post, y la verdad tenía pensado escribir sobre otra cosa pero lo venía postergando.
Hoy mis vecinos me dieron una lección de civismo. Hace 3 semanas concurrí a la Casa Rosada y opiné sobre la correctitud de dejar entrar al pueblo a la misma, y dejarlos hacerse escuchar. Hoy espero que siguiendo la misma postura, quienes están manejando el destino de nuestra sociedad también se predispongan a escuchar un mensaje.
No paré en los últimos días de escuchar sobre movimientos destituyentes, sobre Clarín, Magnetto, sindicalistas, odio, etc. Sin embargo hoy por lo menos en mi barrio observé un ejemplo de libertad de expresión y de respeto al prójimo. Lamentablemente no faltaron aquellos externos al movimiento que se acercaron a provocar, porque creen que haber tenido una mayoría de 54% los habilita de enmudecer al 46% restante.
Estuve hasta hace minutos en Acoyte y Rivadavia, sin cacerola, pero aplaudiendo y cantando. La gente se congregaba en familia (no tenían mucha pinta de destituyentes, que hábiles aquellos que planearon este plan tan macabro), y pedía por seguridad, libertad, educación, basta de corrupción, y por ser escuchados. Cuatro veces nos pisaron al pasar, y cuatro veces nos pidieron disculpas. Estuve con mi celular twiteando y no tuve temor. No había personas encapuchadas, y muchos amigos del barrio se encontraban, sonreían, y continuaban con un canto común.
Ojalá la gente resolviese sus problemas diarios de la misma manera que plantearon esta marcha, desde la tolerancia y la comunicación sana. Ojalá eso sirviese para encontrar en todos los ámbitos y problemas una contraparte dispuesta a escuchar. Ojalá la opinión violenta de unos pocos no fuese la que predominase entre nosotros.
Se nos llenaban de lágrimas los ojos viendo a los jubilados reclamar por sus juicios y por terminar sus vidas con un mejor pasar, mientras cantaban el himno nacional. Eso es ser golpista? Creo que algunas personas vienen derrapando en sus percepciones en su afán de defender lo indefendible y de creer que siquiera la muerte de una persona justifica el bien de un 54%.
El porcentaje es anecdótico, tanto de un lado como del otro, aunque ninguno es despreciable. Lo que si es despreciable es el odio mutuo, pero vuelvo a repetir, no tenemos porque gustarnos, pero el respeto debe primar por sobre todas las cosas. De allí que el día de hoy fue de las pocas veces que sentí cierto nacionalismo al ver la convivencia y respeto. No hubo palos, no hubo armas, no hubo consignas políticas, sino gente reclamando un bienestar mínimo al que todos debemos aspirar en nuestras vidas. No se trata de dólares, de vacaciones en Miami, de anillos de oro o brillantes, sino de entender que todos somos parte de esta sociedad, y excluir a cualquiera es un crimen de lesa humanidad.
Nuevamente, la gente pide a gritos un liderazgo que nos incluya a todos, libre de corrupción y clientelismo. Será una utopía, pero vivimos soñando a diario, entonces por qué no creer que esto es posible?
Les dejo una imágen y un video que tomé recién con mi celular
Hoy mis vecinos me dieron una lección de civismo. Hace 3 semanas concurrí a la Casa Rosada y opiné sobre la correctitud de dejar entrar al pueblo a la misma, y dejarlos hacerse escuchar. Hoy espero que siguiendo la misma postura, quienes están manejando el destino de nuestra sociedad también se predispongan a escuchar un mensaje.
No paré en los últimos días de escuchar sobre movimientos destituyentes, sobre Clarín, Magnetto, sindicalistas, odio, etc. Sin embargo hoy por lo menos en mi barrio observé un ejemplo de libertad de expresión y de respeto al prójimo. Lamentablemente no faltaron aquellos externos al movimiento que se acercaron a provocar, porque creen que haber tenido una mayoría de 54% los habilita de enmudecer al 46% restante.
Estuve hasta hace minutos en Acoyte y Rivadavia, sin cacerola, pero aplaudiendo y cantando. La gente se congregaba en familia (no tenían mucha pinta de destituyentes, que hábiles aquellos que planearon este plan tan macabro), y pedía por seguridad, libertad, educación, basta de corrupción, y por ser escuchados. Cuatro veces nos pisaron al pasar, y cuatro veces nos pidieron disculpas. Estuve con mi celular twiteando y no tuve temor. No había personas encapuchadas, y muchos amigos del barrio se encontraban, sonreían, y continuaban con un canto común.
Ojalá la gente resolviese sus problemas diarios de la misma manera que plantearon esta marcha, desde la tolerancia y la comunicación sana. Ojalá eso sirviese para encontrar en todos los ámbitos y problemas una contraparte dispuesta a escuchar. Ojalá la opinión violenta de unos pocos no fuese la que predominase entre nosotros.
Se nos llenaban de lágrimas los ojos viendo a los jubilados reclamar por sus juicios y por terminar sus vidas con un mejor pasar, mientras cantaban el himno nacional. Eso es ser golpista? Creo que algunas personas vienen derrapando en sus percepciones en su afán de defender lo indefendible y de creer que siquiera la muerte de una persona justifica el bien de un 54%.
El porcentaje es anecdótico, tanto de un lado como del otro, aunque ninguno es despreciable. Lo que si es despreciable es el odio mutuo, pero vuelvo a repetir, no tenemos porque gustarnos, pero el respeto debe primar por sobre todas las cosas. De allí que el día de hoy fue de las pocas veces que sentí cierto nacionalismo al ver la convivencia y respeto. No hubo palos, no hubo armas, no hubo consignas políticas, sino gente reclamando un bienestar mínimo al que todos debemos aspirar en nuestras vidas. No se trata de dólares, de vacaciones en Miami, de anillos de oro o brillantes, sino de entender que todos somos parte de esta sociedad, y excluir a cualquiera es un crimen de lesa humanidad.
Nuevamente, la gente pide a gritos un liderazgo que nos incluya a todos, libre de corrupción y clientelismo. Será una utopía, pero vivimos soñando a diario, entonces por qué no creer que esto es posible?
Les dejo una imágen y un video que tomé recién con mi celular
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